Todo comenzó hace siete años. La inquietud que Shakira tenía desde adolescente, de hallar la manera de ayudar a los niños más necesitados, comenzó a dar sus frutos cuando decidió que parte de sus ganancias se destinaran a proyectos de nutrición.
Su fundación Pies Descalzos ya existía (que creó cuando tenía 18 años). Motivada por los graves problemas de desplazamiento y desnutrición en Colombia en esos años, destinó importantes sumas de dinero para intentar solucionar el problema nutricional de niños vulnerables por su condición de pobreza. Y aunque el esfuerzo era grande, no era suficiente para cambiarles la vida y ofrecerles un mejor futuro a estos pequeños.
Su fundación Pies Descalzos ya existía (que creó cuando tenía 18 años). Motivada por los graves problemas de desplazamiento y desnutrición en Colombia en esos años, destinó importantes sumas de dinero para intentar solucionar el problema nutricional de niños vulnerables por su condición de pobreza. Y aunque el esfuerzo era grande, no era suficiente para cambiarles la vida y ofrecerles un mejor futuro a estos pequeños.
Fue por esta razón que, dos años más tarde, Shakira, María Emma Mejía y Patricia Sierra, actuales presidenta y directora ejecutiva de la fundación, respectivamente, decidieron construir colegios que además de formar a los niños, tuvieran un impacto positivo en la comunidad y generaran otro tipo de dinámicas en su entorno, lejos de la delincuencia.
Ese es uno de los propósitos que tiene la construcción del colegio en Cartagena, que comenzó esta semana en la Loma del Peyé, un sector deprimido de la ciudad amurallada donde las peleas entre pandillas y la prostitución son el pan de cada día.
Allí, este lunes, la cantante puso el primer ladrillo en compañía del millonario estadounidense Howard Buffett, quien apoyará el proyecto. Como novedad, los espacios deportivos de la institución de Cartagena correrán por cuenta de la Fundación Barcelona Fútbol Club, con la cual Shakira firmó una alianza para construir instalaciones deportivas en el país y en Estados Unidos.
“Son colegios de puertas abiertas las 24 horas”, explica Patricia Sierra, quien ha acompañado a Shakira en el proceso durante estos siete años. Alimentación para los estudiantes, pedagogías modernas, bilingüismo, amplios espacios deportivos, huertas caseras y proyectos productivos que involucran a la comunidad hacen parte del modelo de estos colegios que beneficia a 6.000 niños y a 32.000 personas, entre jóvenes y adultos, que han sido atendidas en programas de educación no formal.
“Pies Descalzos nunca invierte donde la institucionalidad no se compromete”, aclara Patricia Sierra, directora de la fundación, quien resalta que en los cinco colegios en funcionamiento: en Quibdó (Chocó), Cazucá (Cundinamarca) y dos en Barranquilla (Atlántico), el sector público, así como el privado y la academia participan de manera activa.
Los compromisos artísticos de la cantante, ni su hoy asediada vida personal, impiden que siga al detalle el proyecto. “Shakira siempre está pensando la fundación día a día y para dónde van los colegios. Se ha logrado consolidar un modelo que hace intervención educativa y comunitaria”, recalca Sierra.
Detallista y exigente
La cantante es famosa por su capacidad para percibir los detalles más mínimos y por su exigencia, no solo con su carrera, sino con su obra social. “Está pendiente de todo –recalca Patricia Sierra-. Como le gusta leer sobre el tema, nos llama para que le digamos al constructor cómo deben ser las aulas. (…) Es obsesiva con que los materiales sean duraderos porque aunque lo estético es importante, debe ser sostenible para las comunidades”.
Y tiene la autoridad para exigir. Antes de comenzar, cada proyecto cuenta con un millón de dólares donado por la barranquillera. Además, cada año aporta de su bolsillo el 40 por ciento del dinero que se necesita para sostener los proyectos extracurriculares de estas instituciones educativas.
‘Los colegios de Shakira’ y su trabajo a favor de la educación no tendrían las dimensiones de hoy sin los aportes del sector privado, que son importantes gracias a la gestión que ha hecho con personalidades del más alto nivel. Son pocos los que se atreven a negarle el apoyo y entre la lista de los empresarios comprometidos están algunos de los más ricos del mundo, como lo son el mexicano Carlos Slim y el colombiano Alejandro Santodomingo.
Esa gestión, cuenta la directora de la fundación Pies Descalzos, también incluye ‘jalones de orejas’ y llamadas hechas por la misma Shakira a alcaldes cuando los procesos no avanzan y amenazan con no cumplir los tiempos. Se estima que entre la consecución de los recursos, el diseño y la construcción de cada colegio se requieren dos años.
Resultados a la vista
Los resultados ya comienzan a verse. Desde la inauguración del colegio en Quibdó en el año 2005 (el primero en abrir sus puertas), la comuna donde está ubicado es la única en que la presencia de pandillas es prácticamente nula.
“En Barranquilla, en solo dos años, el colegio se ubicó en el nivel alto de las pruebas del Icfes (hay niveles bajo, medio, alto y superior). También ha tenido un importante impacto en la comunidad”, resalta Patricia Sierra.
El próximo objetivo es Santa Marta y con seguridad, otras regiones de la costa Caribe se verán beneficiadas con más colegios. “No se construyen en el Caribe porque Shakira sea de esta región, sino porque es en donde están las peores condiciones en educación”, recalca Sierra.
La experiencia ya comienza a replicarse en otros países. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación Pies Descalzos donaron 800.000 dólares para la construcción de una escuela en Puerto Príncipe (Haití), ciudad afectada por el terremoto del 2010.
Será el primer colegio en ese país que funcione bajo el concepto de educación pública y gratuita. Allí, según el Banco Mundial, la mitad de los niños no va a la escuela, y de la otra mitad, el 80 por ciento asiste a costosas instituciones educativas privadas.
Shakira tiene claro el mensaje. “Lo único que cambiará el destino de América Latina y el Caribe será que los gobiernos pongan en el centro la inversión en educación de calidad para todos los niños y niñas, desde que nacen y por siempre.
Ese es uno de los propósitos que tiene la construcción del colegio en Cartagena, que comenzó esta semana en la Loma del Peyé, un sector deprimido de la ciudad amurallada donde las peleas entre pandillas y la prostitución son el pan de cada día.
Allí, este lunes, la cantante puso el primer ladrillo en compañía del millonario estadounidense Howard Buffett, quien apoyará el proyecto. Como novedad, los espacios deportivos de la institución de Cartagena correrán por cuenta de la Fundación Barcelona Fútbol Club, con la cual Shakira firmó una alianza para construir instalaciones deportivas en el país y en Estados Unidos.
“Son colegios de puertas abiertas las 24 horas”, explica Patricia Sierra, quien ha acompañado a Shakira en el proceso durante estos siete años. Alimentación para los estudiantes, pedagogías modernas, bilingüismo, amplios espacios deportivos, huertas caseras y proyectos productivos que involucran a la comunidad hacen parte del modelo de estos colegios que beneficia a 6.000 niños y a 32.000 personas, entre jóvenes y adultos, que han sido atendidas en programas de educación no formal.
“Pies Descalzos nunca invierte donde la institucionalidad no se compromete”, aclara Patricia Sierra, directora de la fundación, quien resalta que en los cinco colegios en funcionamiento: en Quibdó (Chocó), Cazucá (Cundinamarca) y dos en Barranquilla (Atlántico), el sector público, así como el privado y la academia participan de manera activa.
Los compromisos artísticos de la cantante, ni su hoy asediada vida personal, impiden que siga al detalle el proyecto. “Shakira siempre está pensando la fundación día a día y para dónde van los colegios. Se ha logrado consolidar un modelo que hace intervención educativa y comunitaria”, recalca Sierra.
Detallista y exigente
La cantante es famosa por su capacidad para percibir los detalles más mínimos y por su exigencia, no solo con su carrera, sino con su obra social. “Está pendiente de todo –recalca Patricia Sierra-. Como le gusta leer sobre el tema, nos llama para que le digamos al constructor cómo deben ser las aulas. (…) Es obsesiva con que los materiales sean duraderos porque aunque lo estético es importante, debe ser sostenible para las comunidades”.
Y tiene la autoridad para exigir. Antes de comenzar, cada proyecto cuenta con un millón de dólares donado por la barranquillera. Además, cada año aporta de su bolsillo el 40 por ciento del dinero que se necesita para sostener los proyectos extracurriculares de estas instituciones educativas.
‘Los colegios de Shakira’ y su trabajo a favor de la educación no tendrían las dimensiones de hoy sin los aportes del sector privado, que son importantes gracias a la gestión que ha hecho con personalidades del más alto nivel. Son pocos los que se atreven a negarle el apoyo y entre la lista de los empresarios comprometidos están algunos de los más ricos del mundo, como lo son el mexicano Carlos Slim y el colombiano Alejandro Santodomingo.
Esa gestión, cuenta la directora de la fundación Pies Descalzos, también incluye ‘jalones de orejas’ y llamadas hechas por la misma Shakira a alcaldes cuando los procesos no avanzan y amenazan con no cumplir los tiempos. Se estima que entre la consecución de los recursos, el diseño y la construcción de cada colegio se requieren dos años.
Resultados a la vista
Los resultados ya comienzan a verse. Desde la inauguración del colegio en Quibdó en el año 2005 (el primero en abrir sus puertas), la comuna donde está ubicado es la única en que la presencia de pandillas es prácticamente nula.
“En Barranquilla, en solo dos años, el colegio se ubicó en el nivel alto de las pruebas del Icfes (hay niveles bajo, medio, alto y superior). También ha tenido un importante impacto en la comunidad”, resalta Patricia Sierra.
El próximo objetivo es Santa Marta y con seguridad, otras regiones de la costa Caribe se verán beneficiadas con más colegios. “No se construyen en el Caribe porque Shakira sea de esta región, sino porque es en donde están las peores condiciones en educación”, recalca Sierra.
La experiencia ya comienza a replicarse en otros países. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación Pies Descalzos donaron 800.000 dólares para la construcción de una escuela en Puerto Príncipe (Haití), ciudad afectada por el terremoto del 2010.
Será el primer colegio en ese país que funcione bajo el concepto de educación pública y gratuita. Allí, según el Banco Mundial, la mitad de los niños no va a la escuela, y de la otra mitad, el 80 por ciento asiste a costosas instituciones educativas privadas.
Shakira tiene claro el mensaje. “Lo único que cambiará el destino de América Latina y el Caribe será que los gobiernos pongan en el centro la inversión en educación de calidad para todos los niños y niñas, desde que nacen y por siempre.
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