La presencia de Shakira en Mestalla presenciando por primera vez un partido de su novio, Gerard Piqué, se llevó buena parte de la atención de un encuentro en el que los de Guardiola vieron como se les escapó la Copa del Rey tras un partido interminable.
Ataviada con camiseta negra y cazadora roja, la colombiana saludó a los aficionados que la aclamaron dentro del estadio valenciano, sin embargo, también tuvo que aguantar estoica los silbidos e insultos por parte de algunos aficionados madridistas –algunos llegaron a corear insultos como "Shakira tiene ladillas"-. Poco acostumbrada a no ser el centro del espectáculo, los nervios y la emoción del momento la delataban, ya que no paró de gesticular y levantarse de su butaca durante los más de 120 minutos en los que el balón rodó sobre el césped.
Su apoyó al equipo catalán desde el palco fue incondicional incluso tras el gol de Ronaldo que en la prorroga sentenció el partido. Al saberse perdedores del clásico, la cantante no dudó en lanzar un cariñoso beso al central en el momento en que recogía la medalla de manos del Rey.
Más tarde, la pareja protagonizó un cariñoso beso que seguro quedará para la posteridad, al nivel del de Iker Casillas y Sara Carbonero en la final del Mundial de fútbol en Sudáfrica. La presencia de la cantante y el eco del waka-waka que ejerció de talismán para la selección en aquella ocasión, parece no haber traído buena suerte para los blaugrana, ya que este es el primer encuentro de final con un título en juego en el que el equipo de Guardiola pierde.
A falta de poder celebrar una victoria, el reencuentro de la pareja, que no se ha visto en varias semanas por los compromisos musicales de la cantante, seguro servirá de antídoto.
Ataviada con camiseta negra y cazadora roja, la colombiana saludó a los aficionados que la aclamaron dentro del estadio valenciano, sin embargo, también tuvo que aguantar estoica los silbidos e insultos por parte de algunos aficionados madridistas –algunos llegaron a corear insultos como "Shakira tiene ladillas"-. Poco acostumbrada a no ser el centro del espectáculo, los nervios y la emoción del momento la delataban, ya que no paró de gesticular y levantarse de su butaca durante los más de 120 minutos en los que el balón rodó sobre el césped.
Su apoyó al equipo catalán desde el palco fue incondicional incluso tras el gol de Ronaldo que en la prorroga sentenció el partido. Al saberse perdedores del clásico, la cantante no dudó en lanzar un cariñoso beso al central en el momento en que recogía la medalla de manos del Rey.
Más tarde, la pareja protagonizó un cariñoso beso que seguro quedará para la posteridad, al nivel del de Iker Casillas y Sara Carbonero en la final del Mundial de fútbol en Sudáfrica. La presencia de la cantante y el eco del waka-waka que ejerció de talismán para la selección en aquella ocasión, parece no haber traído buena suerte para los blaugrana, ya que este es el primer encuentro de final con un título en juego en el que el equipo de Guardiola pierde.
A falta de poder celebrar una victoria, el reencuentro de la pareja, que no se ha visto en varias semanas por los compromisos musicales de la cantante, seguro servirá de antídoto.
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