Solamente Fernán Martínez y quien escribe sabíamos en Miami lo que se habló en Barranquilla. Ya estábamos en el escenario para ver los resultados. Fue una noche de los Premios Lo Nuestro, que por primera vez tenían nominación los dos cantantes mencionados.
Había enorme expectativa y empezó la ceremonia con un incidente de Julio Zabala, el imitador dominicano que ridiculizó a los periodistas El Gordo Raúl de Molina y Mauricio Celic, poniendo en duda sus inclinaciones sexuales. Luego empezó la premiación.
Aquello parecía que estuviera diseñado para que fuera la noche de Shakira y Enrique Iglesias. Monopolizaron los premios. Shakira ganó con 6 premios y Enrique con 5 galardones. Como en el tejo, deporte famoso en Boyacá, hubo moñona. La euforia de
Shakira era evidente y lo mostró cuando me vio. Por ahí hay foto enmarcada. Cuando me acerqué a Enrique –delante de Fernán– dijo: “Barranquilla tiene la gran estrella”, y luego remató: “Oye, no me he olvidado de los arroyos”.
El día anterior a la ceremonia oficial hubo el ensayo general y quisiera destacar 3 puntos:
1. Al papá de Shakira le tenían prohibido por contrato acercársele al camerino.
2. Los artistas superfamosos sin maquillaje. ¡Qué desastre! a excepción de Shakira.
3. A Enrique Iglesias le tocó ensayar a las 2:00 a.m. y se presentó con Alicia Machado. Y dio una lección de disciplina y profesionalismo.
Ensayó el sonido de una sola canción 2 horas. Es decir, para cantar 3 minutos, no quedaba contento y un director de nacionalidad irlandesa repetía y repetía.
Finalmente quiero destacar la única entrevista que ha concedido –o posiblemente la primera en su vida– doña Nidia, madre de Shakira. Tranquilos, tranquilos, mañana la leerán.
Y después: El baterista enamorado.
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